Estoy sin poder dormir, me acabo de despertar de otra de mis pesadillas. El día anterior estuve hablando con mis mejores amigas sobre mi ex, él es militar, y hace poco volvió a Afganistán. En verdad solo estuvimos 1 mes y medio, pero fue muy intenso, él confiaba en mi, me contaba sus vivencias en la guerra, cosa que no hacia con nadie, me sentía afortunada y especial a su lado.
El último día que le vi le llamaron de su país para pedirle volver al frente en Afganistán, en teoría iba a ser un día especial porque me acompañaba ha hacerme mi primer tatuaje, pero pasó a ser el día más triste. veía el miedo en sus ojos, fuimos hacia el Parque de las Estaciones ha sentarnos e intentar tranquilizarle y más tarde le lleve a su casa. Al día siguiente me llamó, estaba con mi hermana mayor y mi sobrino, comiendo, y me dijo que ya se iba.
Desde ese día lo único que recuerdo de él es lo que me ha contado de allí, las bombas, los tiroteos, a sus compañeros muertos y mi subconsciente me traiciona por que lo veo a él así, pienso que no volverá, y no se qué remedio hay para olvidarle, rezo cada noche para que esté vivo, pero eso no me llena, podre irme con otros chicos, pero nadie me hará sentir como lo hacía él.
A lo que iba, en la pesadilla de esta noche nos ubicábamos en un desierto él y yo, en bandos distintos, todo era muy raro, lo sentía tan cerca de mi, como si él estuviera soñando también conmigo.
Me siento fatal por no poder esperarle, es un quiero pero no puedo, quiero esperarle, pero pienso ¿Y si no vuelve?, ¿Qué hago, sigo con mi vida o le espero?, ¿Y si la vida no me da nada mejor? Pienso todo eso, es como una contradicción tras otra.
Hace un par de semanas me encontré con su madre en Plaza España, solo la vi una vez, me impresionó que me reconociera. Ella iba a correos a enviare una carta a él, en ese sobre también había un par de fotos, fotos mías. Según lo que me contó, él se acordaba de mi un montón y que quería esas fotos para poder verme, otra vez me hizo sentir especial, estando a kilómetros de distancia.
Las dos nos sentamos en un banco, en frente del Burger King y nos pusimos ha hablar de él, el sentimiento de tristeza, de sentir como perdíamos a alguien, era mutuo, las dos nos pusimos a llorar, era inevitable.
Sentía como mi corazón se vaciaba, no quería sentir nada, quería olvidarle solamente.
Ese mismo día fui a casa de mi mejor amiga, con un chándal y un gorro de lana para ocultar mi pelo sin peinar, mis ojos hinchados y rojos lo decían todo, había estado llorando.
Corriendo ella vino a abrazarme y preguntándome todo lo que paso con su madre, cada vez que recordaba la conversación me hacia llorar aún más.
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